Ya hace algún tiempo que se ha perdido en las empresas la figura del jefe, reflejada en aquella persona que ordenaba y los demás acataban esas órdenes. Tal y como se ha comprobado a través de estudios y experiencias, la persona responsable de un proyecto o de un grupo de personas debe convertirse en líder. La capacitación de los directivos se enfoca más en tener carisma, saber escuchar o ser capaz de adelantarse a los acontecimientos. A esto tenemos que añadir su capacidad para motivar a su equipo. Aquí es donde entra en juego el coaching motivacional.
Qué es el coaching motivacional
A nadie se le escapa la importancia de la figura del coach hoy en día. Programas de televisión, deportistas o personas en general cuentan con uno que les ayuda a afrontar sus retos. Una rama de todo esto es el coaching motivacional, el que se encarga de ser un apoyo para equipos y personas durante todo el proceso que les llevará a cumplir la meta que se han o les han propuesto.
La motivación es nuestro elemento central, la entendemos como la buena disposición con la que cada persona va a encarar ese reto. Por lo general, contamos con 2 tipos de motivaciones en ese camino, una propia (la intrínseca) y otra que nos llega de terceras personas (la extrínseca). El coach motivacional deberá trabajar las dos.
No se trata solo de potenciar los aspectos positivos de la actividad en el pensamiento de las personas que están en el reto. Es necesario, además, identificar cuáles son los motivos por los que cada uno de ellos se encuentra ahí. Y ahí cada uno tendrá los suyos propios.
Por ejemplo, dentro del mismo equipo de trabajo habrá quienes afrontan el reto como una forma de superación personal. Otros lo harán por dinero puramente. Y a otros les motivarán las condiciones en las que están trabajando.
Por qué debe ser tenido en cuenta en la formación de directivos
En el primer párrafo de este texto hemos hecho referencia al cambio de la figura de jefe a líder. Una de las características de estos últimos es que saben motivar a su equipo. Es por esto que el coaching motivacional se incluye de manera cada vez más habitual en la formación de directivos.
Algunas de las ventajas de conocer estos métodos de motivación son:
– Adquisición de competencias propias del liderazgo. Dicho de otra manera, quienes acuden a este tipo de formaciones adquieren habilidades positivas de la gestión de recursos y de equipos, así como para la retención del talento o la toma de decisiones.
– Aquellos que cuentan con un coach mejoran en sus procesos de capacitación como líderes. Cuentan con un apoyo para hacer más sencillo el aprendizaje, que se asimila de una manera más rápida.
– Se mejora el autoconocimiento de las personas por el propio formato de las sesiones. Se descubren talentos ocultos, se potencian las virtudes que no se conocían y se ponen en valor destrezas que antes no eran capaces de desarrollar por sí mismos.
– Se desarrolla la libertad de pensamiento y actuación. Los líderes deben olvidarse de sus barreras mentales para evolucionar hacia modelos de gestión más acordes con el tiempo en el que vivimos.
– La ruptura de los esquemas y la visión a largo plazo son dos de las cualidades que más destacan de un líder. Esto se consigue gracias a la acción transformadora del coaching motivacional.
Pautas para la capacitación de directivos a través del coaching motivacional
Además de las sesiones propias de coaching, la capacitación de los directivos para que mejoren el rendimiento de sus equipos deberá seguir unos pasos para conseguir la acción transformadora. Recordemos en este punto que cada individuo tiene sus motivaciones propias y que cada uno es diferente del anterior, sin embargo, podemos destacar:
– Ofrecer un ambiente de trabajo que facilite el tener buenas ideas.
– Condiciones salariales buenas que permitan a cada persona llevar la vida que más le gusta.
– Reconocimiento del trabajo por parte de los superiores. Una especie de palmada en la espalda para que la persona sepa que se le reconoce su esfuerzo.
– Expectativas de optar a la promoción interna dentro de la compañía.
– Facilidades para conciliar la vida personal con el trabajo como, por ejemplo, flexibilidad horaria o teletrabajo.
Por supuesto, además de todo lo explicado, mantener una actitud positiva desde primera hora de la mañana, llevar una sonrisa en la cara y estar de buen humor son también actitudes que mejoran la motivación del equipo.
La capacitación de directivos para convertirlos en los líderes que las empresas reclaman en la actualidad pasa por contar con herramientas que les ayuden a guiar a los equipos de trabajo hacia una meta común. De una manera positiva y trabajando unidos conseguimos los retos de una forma más rápida y con mejores resultados.