Una de las dudas más frecuentes que nos plantean en la consultoría de empresas familiares es la referente a la sucesión. Saber traspasar la compañía de padres a hijos es clave para la supervivencia de la organización, y más si tenemos en cuenta que ocho de cada diez empresas de carácter familiar no sobrevive a la tercera generación.
Cómo realizar la sucesión en empresas familiares
En nuestro país, prácticamente el 90 % de las empresas son de carácter familiar. El abanico es muy amplio y está formado por negocios que van desde las grandes compañías hasta las pymes. A todos los negocios familiares les une el vínculo que existe y el deseo de que siga siendo así. Por tanto, es fundamental que el proceso de sucesión en empresas familiares se realice correctamente.
Si bien en el traspaso de cualquier negocio utilizamos la fórmula de la cesión de la titularidad a cambio de una retribución económica, en el caso de las empresas familiares, optamos por el modelo de donación. El donante cede la explotación y la titularidad de la compañía a su hijo (o hijos) sin que exista ningún tipo de compensación.
Para que la donación sea válida y legal, es necesario que preparemos un contrato. El beneficiario, o los beneficiarios, deben declarar el bien que reciben en el impuesto sobre sucesiones y donaciones. El importe del tributo puede variar en función de la comunidad autónoma y también del valor de la empresa en sí.
Por su parte, como el patrimonio del donante es probable que quede afectado tras la operación, también deberá reflejarse en el IRPF.
Además, también está el tributo que grava el patrimonio que es de carácter directo y progresivo, aunque depende de la normativa de cada comunidad autónoma y de la cantidad. En este caso, existen un gran número de exenciones, sobre todo en lo referente a donaciones de carácter familiar.
¿Qué incentivos hay?
Como bien sabemos, en nuestro país las empresas familiares tienen un gran peso y son auténticos motores de la economía. Por eso, existen normativas que impulsan y facilitan el cambio generacional. En este punto está la exención del impuesto de patrimonio, que se producirá si todos los elementos patrimoniales que se transmiten forman parte de la actividad económica.
Otro incentivo importante es el que afecta al impuesto de donaciones, puesto que, en el caso de una empresa familiar, existe una reducción del 95 % del conocido como valor de adquisición. Eso sí, es necesario cumplir con una serie de requisitos: que el donante tenga más de 65 años y si se está exento del tributo que afecta al patrimonio y el beneficiario se compromete a mantener la exención durante los siguientes 10 años. En algunas comunidades autónomas la bonificación es del 100 %.
Ahora bien, a pesar los aspectos legales explicados, conviene recordar que gestionar una empresa es un gran desafío y más si se trata de una empresa familiar.
Claves para dirigir una empresa familiar
La sucesión en las empresas familiares ha de planificarse con tiempo. Además de conocer y cumplir con la legislación vigente, es importante preparar un plan con una serie de fases para que el cambio no afecte de forma negativa a la actividad empresarial. Hay que anticiparse, planificar el proceso y preparar al sucesor.
Siempre recomendamos que el plan se haga por escrito y, para ello, conviene que analicemos tanto la empresa como la familia o el entorno. Es posible que surjan tensiones porque existan diferentes candidatos para dirigir la empresa familiar. Ante esta situación, siempre aconsejamos que se escoja a la persona que reúna las capacidades y habilidades para liderar con éxito el cambio generacional y que los cargos, o funciones, queden bien especificados. Hay que pensar con la cabeza y no solo con el corazón. Es importante ayudar en todo el proceso y también tener claro que, una vez se produzca la sucesión, hay que respetar las decisiones del nuevo administrador.
Además, hay una serie de estrategias que facilitan la sucesión. Por ejemplo, la creación de un consejo familiar facilitará el consenso en la toma de decisiones, una retirada parcial una vez esté nombrado el sucesor y la creación de una estructura de comunicación que permita canalizar los conflictos que puedan surgir.
Al final, de lo que se trata es de conseguir que la sucesión se realice con éxito y favorezca la actividad empresarial. Los cambios siempre son positivos y las nuevas generaciones tienen mucho que aportar a las empresas familiares. Si logramos mantener una buena separación de lo laboral y lo familiar, somos organizados y contamos con unas normas internas adecuadas, finalmente, lograremos que el traspaso beneficie a la empresa familiar y, en consecuencia, a la familia.
Como consultoría en empresas familiares aportamos nuestros conocimientos y experiencia en los procesos de donación o de traspaso. La clave del éxito está, precisamente, en el diseño y consecución de buen plan que guíe el cambio.