¿Cuál es la mejor manera de liderar un equipo? La principal función de un líder es que un grupo de personas funcione como un equipo y que entre todos puedan alcanzar una determinada meta u objetivo. Un buen líder requiere una serie de habilidades como la toma de decisiones, a partir del análisis de datos y alternativas. Es la capacidad de delegar adecuadamente tareas en otras personas. Como líder, hay que ser capaz de ofrecer ayuda o soporte, así como evaluar los resultados que se van obteniendo. Deben alcanzarse metas y objetivos propuestos mediante la correcta organización del equipo. Para lograrlo, no existe un único camino, ya que pueden diseñarse y ponerse en práctica diferentes tipos de planes. Hacer la planificación es otra de las habilidades de un líder.

Diferentes estrategias de liderazgo que se enseñan en la consultoría de pymes

Pueden seguirse diferentes mapas mentales o estrategias para impulsar un plan de líder. A continuación pasarán a explicarse varios estilos de liderazgo que se pueden implementar. Son muy útiles para la dirección de equipos en la gestión de empresas.

Analizarse a uno mismo como líder

Consiste en realizar un análisis de uno mismo y tratar de identificar qué emociones se sienten cuando se está liderando a un equipo y qué se piensa sobre las personas que lo conforman. Examinar los puntos fuertes y débiles y buscar cómo comunicarse mejor con el equipo. Lo primero que hace un líder es tomar autoconciencia.

A continuación se toma conciencia de los demás miembros del grupo, pensando si las reuniones que mantienen con ellos están dando el resultado esperado. Hay que enfocarse en buscar formas de mejorar de no ser así. Deben analizarse las cosas que se podrían cambiar para tener un impacto positivo en el grupo.

Asimismo, hay que tomar responsabilidad personal y saber reconocer los problemas que se generan, decidir como cambiar su impacto y hacer un seguimiento de los resultados conseguidos.

Cambios en el papel de líder

Implementar estos cambios en el rol de líder genera un impacto más positivo en el equipo:

Pasar de ser directivo a instructivo: no limitarse a decir lo que el grupo tiene que hacer sino enseñarles. El aprendizaje es una herramienta básica en la gestión de empresas y equipos de empleados. Es actuar como un motor de aprendizaje.

No ser restrictivo sino expansivo: permitir al equipo desarrollar y expresar su potencial. Dejar que las personas sean creativas y expongan nuevas ideas o puntos de vista. No limitar sus capacidades.

En vez de ser resolutivo, ser retador: un líder no siempre trae la solución para todo, sino que es capaz de retar al equipo para que descubra nuevas formas de crecer. Fomentar la reflexión para que los miembros del grupo sepan identificar sus mejores capacidades.

En lugar de repetitivo, pasar a ser innovador: no hay nada más desmotivante para un grupo que hacer siempre las cosas del mismo modo. La innovación debe ser una constante.

En vez de exclusivo, ser inclusivo: contar siempre con el equipo para la planificación. Un líder tiene que intercambiar ideas, experiencias, aprendizaje e imaginar escenarios de actuación con su grupo.

Ser capaz de liderar durante el cambio

Debe mejorarse la frecuencia de la comunicación con los miembros del equipo. Hay que explicar por qué se ha decidido hacer un cambio de forma clara. También es tarea del líder ayudar al grupo a gestionar los miedos e incertidumbres ante el cambio. La mejor estrategia para liderar es ponerse en el lugar de las personas y hacerlo desde el respeto. Un líder es capaz de comprender las emociones de los miembros del grupo y aprender de ello para mejorar su estrategia. Siempre hay que liderar con un propósito claro y que el equipo lo conozca.

Aprender a conversar para crecer

El líder aprovecha todas las formas de conversación, pues son su herramienta de trabajo. Deben emplearse las conversaciones retrospectivas: hablar de lo que se ha hecho hasta el momento, en qué punto se encuentra el grupo y hacia dónde se dirige, cómo dar impulso a los proyectos, etc. Por otro lado, las conversaciones anticipatorias consisten en hacer una revisión con el grupo sobre el entorno, para anticiparse a las tendencias e identificar oportunidades. Y hablar sobre nuevos planes de acción que podrían llevarse a cabo.

Usar las conversaciones sobre la visión consiste en identificar los próximos pasos que deben darse para llegar al objetivo (nuevos aprendizajes, experiencias y potencial de desarrollo). Mientras que conversando sobre la cultura del desarrollo se intercambian información útil, curiosidades y se colabora para buscar resultados.

Seguimiento en gestión de empresas

Para concluir, si el líder no lleva un correcto seguimiento de los trabajos, el equipo y los resultados, estaría entorpeciendo el buen funcionamiento de la empresa. Detrás de cada proyecto hay una inversión de tiempo, dinero, esfuerzo e ilusiones del equipo.

Para liderar un equipo, no basta con plantearles el objetivo y cruzar los dedos esperando que lo hagan bien. Hay que establecer una foto inicial, objetivos claros, asignar responsables y aportar feedback y seguimiento continuos.